La entrega de alimentos con drones despega en Finlandia: detrás de escena de una nueva asociación

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Finlandia, a pesar de su clima desafiante, se está convirtiendo silenciosamente en un campo de pruebas para el futuro de la entrega de alimentos: los drones. Una colaboración tripartita entre la empresa irlandesa de entrega con drones Manna, Wolt, propiedad de DoorDash, y la startup finlandesa Huuva ya está operativa en Espoo, un suburbio de Helsinki, brindando una entrega de alimentos más rápida y potencialmente más barata a los clientes. Este programa piloto no es sólo una novedad; Destaca una tendencia creciente en la logística de última milla, impulsada por la conveniencia y la búsqueda de modelos de entrega más eficientes.

El auge de la entrega con drones

Huuva, originalmente una empresa de cocinas en la nube, ve los drones como una forma de extender su alcance más allá de los centros urbanos. Si bien los suburbios en expansión no son la norma en Europa, los clientes en áreas como Espoo a menudo carecen de las mismas opciones para cenar que los de las ciudades más grandes. Los drones ayudan a cerrar esta brecha, entregando comidas de los restaurantes asociados de Huuva, e incluso comestibles de Wolt Market, directamente a las puertas de los clientes.

No se trata sólo de velocidad; se trata de escalabilidad. Manna ya ha completado más de 50.000 entregas en Dublín, lo que demuestra la viabilidad de la entrega con drones. Las operaciones finlandesas, iniciadas después de obtener los permisos necesarios, han estado en pleno funcionamiento durante dos meses, operando desde una plataforma de lanzamiento compartida con Wolt Market. Los drones pueden transportar alrededor de 4,4 libras y Manna puede desplegar dos a la vez, lo que aumenta la eficiencia.

Realidades económicas y operativas

Los beneficios económicos son claros. Mientras que las entregas tradicionales cuestan actualmente entre 5 y 6 euros (entre 6 y 8 dólares), se estima que las entregas con drones podrían reducirse a sólo 1 euro (1,16 dólares). Esta eficiencia es crucial para Huuva, ya que busca optimizar la economía unitaria. Los drones también evitan la congestión del tráfico, garantizando que los alimentos lleguen frescos.

Sin embargo, el clima finlandés presenta desafíos. Si bien los drones de Manna ya se prueban con viento y lluvia, la formación de hielo requiere métodos alternativos de entrega, como scooters o robots de acera (que ya utiliza Wolt). Usar productos químicos descongelantes en las entregas de alimentos no es una opción.

Seguridad y expansión futura

La seguridad es primordial. Manna emplea múltiples capas de redundancia, incluidos cambios de batería, equilibrio de peso, embalaje aprobado por el regulador e incluso paracaídas como último recurso. Mission Control, con sede en Irlanda, evalúa de forma remota las rutas de vuelo utilizando mapas LiDAR, con confirmación humana final antes de cada entrega.

Huuva ya está considerando expandir el programa de entrega con drones a otra ubicación en Espoo, donde una mayor proximidad entre la cocina y la plataforma de lanzamiento podría permitir entregas directas a través de una ventana. La startup incluso espera marcar con su logotipo las bolsas de entrega aprobadas por el regulador.

“El objetivo es una integración perfecta”, afirma Makar Nalimov, director de operaciones locales de Manna. “Estamos gestionando entregas de dos dígitos al día y preparándonos para nuestro primer invierno operativo”.

Las implicaciones más amplias son significativas. A medida que DoorDash explora sus propios programas de entrega con drones y sus asociaciones con Wing, propiedad de Alphabet, las colaboraciones directas como la de Manna y Huuva podrían volverse cada vez más comunes. La entrega con drones ya no es un concepto futurista; es una realidad en rápido desarrollo que está remodelando la logística de última milla y la entrega de alimentos tal como la conocemos.