Las tasas de homicidios a nivel mundial están cayendo: una tendencia contraria a la intuición

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A pesar de la creencia generalizada en sentido contrario, las tasas mundiales de homicidio han disminuido constantemente desde 2000. Nuevos datos del Banco Mundial revelan que entre 2000 y 2023, la tasa internacional de homicidios cayó de aproximadamente 6,9 muertes por 100.000 personas a alrededor de 5,2 por 100.000. Esto representa una disminución de aproximadamente el 25% en la probabilidad de ser asesinado, incluso cuando la población mundial ha crecido.

La idea errónea persistente

La percepción pública va constantemente por detrás de la realidad. Una encuesta de IPSOS de 2023 encontró que el 70% de los encuestados en 30 países creen que el mundo se está volviendo más violento. En Estados Unidos, las encuestas han mostrado sistemáticamente que las mayorías creen que los delitos violentos están aumentando desde los años 1990, a pesar de que la evidencia sugiere lo contrario. Esta desconexión entre percepción y realidad pone de relieve una importante “violación narrativa”: una situación en la que la creencia popular contradice los datos reales.

Contexto histórico: la violencia fue mucho peor

La disminución de las tasas de homicidios modernas es particularmente sorprendente cuando se la analiza históricamente. La investigación sobre la violencia medieval revela tasas significativamente más altas que las actuales. En el Londres y York del siglo XIV, las tasas de homicidio alcanzaron entre 20 y 25 por 100.000 personas, mientras que en Oxford se registraron tasas de hasta 100 por 100.000. Este marcado contraste demuestra que la sociedad moderna, a pesar de los peligros que percibe, es mucho más segura que su pasado.

Los factores detrás del declive

Varios factores clave impulsan la reducción global de la violencia:

  • Capacidad estatal fortalecida: Los sistemas judiciales mejorados, las fuerzas policiales menos corruptas y los marcos legales predecibles hacen que sea más difícil para los delincuentes operar con impunidad.
  • Vigilancia policial basada en datos: Las estrategias específicas de aplicación de la ley que se centran en puntos críticos de alta criminalidad y reincidentes han demostrado ser más efectivas que las medidas represivas amplias.
  • Cambios de política: Medidas más estrictas de control de armas y treguas entre pandillas contribuyen a reducir la violencia en algunas regiones, como Brasil, donde los homicidios cayeron un 25% entre 2012 y 2024.
  • Cambios demográficos: El envejecimiento de la población es un factor importante pero que a menudo se pasa por alto. Los grupos demográficos más jóvenes son estadísticamente más propensos a cometer delitos violentos y, a medida que las sociedades envejecen, la violencia tiende a disminuir.

Persisten las disparidades regionales

A pesar de la tendencia mundial, la violencia sigue estando muy concentrada. Las Américas y África todavía experimentan tasas de homicidio desproporcionadamente altas (aproximadamente 150 y 127 por millón de personas, respectivamente) en comparación con Europa o Asia Oriental. Dentro de estas regiones, ciudades específicas como Puerto Príncipe (Haití) y Colima (México) enfrentan niveles extremos de violencia, con tasas de homicidio que alcanzan los tres dígitos por cada 100.000 habitantes en algunas áreas.

El resultado final

El mundo se ha vuelto claramente más seguro en las últimas dos décadas. Si bien los desafíos persisten, los datos confirman una disminución significativa en las tasas de homicidio a nivel mundial. Esta tendencia subraya la importancia de narrativas precisas sobre percepciones arraigadas y sugiere que, a pesar de los temores de un caos creciente, la humanidad está haciendo, lenta pero constantemente, que sea más difícil matarse entre sí.