Reversión de la pobreza global en riesgo: una crisis inminente

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El progreso que la humanidad ha logrado contra la pobreza extrema (uno de los logros más importantes de la historia) ahora está amenazado y podría revertir décadas de avances. Si bien alguna vez se consideró un problema persistente pero con solución, la reducción de la pobreza se ha estancado y, en algunas regiones, ha comenzado a retroceder.

El estado de la pobreza mundial

Durante décadas, la tasa de pobreza global ha disminuido constantemente, gracias al crecimiento económico en los países en desarrollo, el aumento del comercio y los programas de ayuda específicos. Sin embargo, las crisis recientes (incluidas la pandemia de COVID-19, el cambio climático, los conflictos geopolíticos y el aumento de la inflación) han desestabilizado el progreso. Millones de personas están siendo empujadas nuevamente a la pobreza extrema, definida como vivir con menos de 2,15 dólares al día.

¿Qué está impulsando el retroceso?

Varios factores interconectados contribuyen a esta crisis:

  • Alteraciones económicas: La pandemia provocó pérdidas generalizadas de empleos y fallas en la cadena de suministro, lo que afectó desproporcionadamente a las poblaciones de bajos ingresos.
  • Cambio climático: Los fenómenos meteorológicos extremos, como sequías e inundaciones, devastan la agricultura y desplazan a las comunidades, empujando a más personas a la pobreza.
  • Inestabilidad geopolítica: Los conflictos y los disturbios políticos perturban las economías y la ayuda humanitaria, exacerbando las vulnerabilidades existentes.
  • Inflación: El aumento de los precios de los alimentos y la energía erosiona el poder adquisitivo, haciendo que las necesidades básicas sean inasequibles para los más pobres.

Por qué esto es importante

La reversión de la reducción de la pobreza no es sólo una crisis humanitaria; tiene consecuencias de gran alcance. El aumento de la pobreza alimenta el malestar social, la migración y la inestabilidad global. También socava el crecimiento económico a largo plazo, ya que la pobreza atrapa a personas y comunidades en ciclos de privación. La trayectoria actual sugiere que sin una intervención urgente, el mundo podría ver un aumento dramático del sufrimiento y la desigualdad.

El camino a seguir

Abordar esta crisis requiere un enfoque multifacético:

  • Alivio de la deuda: Cancelar o reestructurar la deuda de naciones muy endeudadas puede liberar recursos para programas sociales.
  • Ayuda específica: Proporcionar asistencia financiera directa a poblaciones vulnerables puede mitigar el sufrimiento inmediato.
  • Resiliencia climática: Invertir en medidas de adaptación, como cultivos resistentes a las sequías e infraestructura de control de inundaciones, puede proteger a las comunidades de las crisis climáticas.
  • Desarrollo sostenible: Promover un crecimiento económico inclusivo que beneficie a los segmentos más pobres de la sociedad es crucial para la reducción de la pobreza a largo plazo.

La situación exige atención inmediata de los gobiernos, las organizaciones internacionales y el sector privado. No actuar con decisión no sólo prolongará el sufrimiento humano sino que también pondrá en peligro la estabilidad y el progreso globales.

La lucha mundial contra la pobreza se encuentra en un momento crítico. Si las tendencias actuales continúan, corremos el riesgo de perder décadas de logros obtenidos con tanto esfuerzo,