India abandona el mandato forzoso de aplicación tras la reacción pública

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India ha revocado su reciente directiva que exige a los fabricantes de teléfonos inteligentes preinstalar una aplicación de ciberseguridad desarrollada por el gobierno, Sanchar Saathi, en todos los dispositivos vendidos en el país. La decisión se produce después de críticas generalizadas por parte de defensores de la privacidad, empresas de tecnología y el público, quienes expresaron su preocupación por la extralimitación del gobierno y posibles violaciones de la privacidad de los usuarios.

El mandato inicial y su revocación

La semana pasada, el Ministerio de Telecomunicaciones de la India hizo circular un aviso exigiendo a los fabricantes precargar Sanchar Saathi, diseñado para combatir el robo de teléfonos inteligentes y el fraude cibernético, y evitar que los usuarios desactiven sus funciones. Esto provocó una protesta inmediata; Los críticos argumentaron que tal mandato otorgaría a las autoridades un acceso excesivo a los datos de los usuarios, convirtiendo efectivamente a los teléfonos inteligentes en dispositivos de seguimiento.

El miércoles, el ministerio anunció una reversión, afirmando que la preinstalación seguiría siendo voluntaria. El gobierno citó la creciente aceptación pública de la aplicación como razón para el cambio. Sin embargo, a día de hoy, los fabricantes esperan la confirmación oficial por escrito de la retirada, sin que aún se haya emitido ninguna notificación formal.

Por qué esto es importante: privacidad frente a seguridad

El rápido cambio pone de relieve una tensión constante entre las prioridades de seguridad del gobierno y los derechos de privacidad individuales. El intento de la India de forzar la instalación de aplicaciones refleja una tendencia más amplia hacia una mayor vigilancia estatal, considerada necesaria para combatir el crimen. La reacción demuestra que tales medidas no son universalmente aceptadas.

Sanchar Saathi ya ha acumulado más de 14 millones de descargas desde enero de 2025 y procesa datos de aproximadamente 2000 casos de fraude cibernético diariamente. La controversia impulsó los registros de aplicaciones, con aproximadamente 600.000 nuevos usuarios registrándose sólo el 2 de diciembre, lo que sugiere que el conocimiento público de la aplicación está aumentando.

Confusión y mensajes contradictorios

La reversión fue precedida por declaraciones contradictorias de funcionarios del gobierno. Si bien el ministro de Telecomunicaciones, Jyotiraditya Scindia, afirmó que los usuarios podían eliminar la aplicación en cualquier momento, la directiva filtrada prohibía explícitamente desactivar sus funciones. Esta inconsistencia alimentó acusaciones de que el gobierno estaba restando importancia al alcance del mandato.

Los fabricantes también cuestionaron en privado la legalidad de implementar una aplicación a nivel de sistema sin un respaldo legal claro. El viceministro de Telecomunicaciones, Pemmasani Chandra Sekhar, señaló que Apple no participó en el grupo de trabajo de la iniciativa, mientras que otros fabricantes de teléfonos inteligentes sí lo hicieron.

Implicaciones más amplias y preocupaciones actuales

La revocación es un “acontecimiento positivo”, según la Internet Freedom Foundation, pero el grupo advierte contra una celebración prematura hasta que se publiquen órdenes legales oficiales. Otros aspectos del ecosistema Sanchar Saathi siguen vigentes: las plataformas de recomercio aún deben validar los dispositivos a través de una base de datos IMEI central, y el Ministerio de Telecomunicaciones está probando una API para permitir a las empresas enviar directamente datos de usuarios y dispositivos al estado.

En última instancia, el cambio de sentido de la India en el mandato forzoso de aplicaciones subraya la importancia del escrutinio público para salvaguardar la privacidad digital. Si bien el gobierno retrocedió, la infraestructura más amplia para la recopilación de datos y la vigilancia continúa expandiéndose, lo que plantea interrogantes a largo plazo sobre los derechos digitales en el país.